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Trastornos de ansiedad

Se trata de una reacción emocional hacia lo que el cerebro identifica como una amenaza. En algunas situaciones, experimentar ansiedad te puede salvar la vida, como por ejemplo si te topas con un ladrón, si al cruzar el paso de cebra viene un coche rápido o si paseando por el campo estás cerca de un acantilado. Es útil porque su mecanismo prepara al cuerpo para pensar y actuar con el único objetivo de salvarte la vida.

Pero si estás leyendo este apartado, es posible que el sistema de detección de amenazas de tu cerebro esté un poco confundido y estés experimentando los síntomas de ansiedad hacia situaciones que no suponen una verdadera amenaza para tu vida.

¿Cómo sé si estoy experimentando ansiedad? Checkea tú mismo/a los síntomas más frecuentes:

  • Pienso: preocupación constante y excesiva sobre un tema en concreto o sobre varios temas, anticipar situaciones problemáticas futuras, olvidos y problemas de memoria o concentración, miedo a perder el control, dificultad para tomar decisiones, etc.
  • Siento: tensión muscular, taquicardia, presión en el pecho, hiperventilación, problemas digestivos, mareos, dolor de cabeza, falta de aire, problemas de sueño, etc.
  • Hago: evitar ciertos sitios, situaciones o personas, comprobar varias veces que está todo bien, estar constantemente en alerta, intranquilidad, llorar, irritabilidad, etc.

A pesar de que estos síntomas son compartidos por los trastornos de ansiedad, el origen, desarrollo y tratamiento varían en función de la problemática de la que se trate.

Tipos de casos de ansiedad 

Se trata de una constante preocupación por problemas de la vida cotidiana, a veces por varios temas y otras veces el foco de las preocupaciones es solo uno o dos. Las preocupaciones más comunes suelen estar relacionadas con el trabajo, la familia, el dinero, la salud, las responsabilidades… Lo que suena dentro de nuestra cabeza suele ser ¿Y si…? Es como si tu cabeza no pudiera para de anticipar posibles problemas futuros, porque necesita tener la situación bajo control.

Esa sensación de vivir con agobio cada día, de no llegar a todo. Cuando en el día a día tenemos muchas demandas y no sentimos que tenemos las habilidades o recursos que hacen falta para afrontarlas, se genera en el cuerpo una reacción de estrés. Los síntomas son similares a los de la ansiedad, solo que menos intensos, pero más mantenidos en el tiempo. Si no se soluciona de manera temprana este desajuste vital, es probable que se acaben desarrollando otros trastornos psicológicos secundarios (problemas de sueño, apetito, depresión, trastornos de ansiedad, etc.).

Este tipo de ansiedad se caracteriza por sufrir un miedo exagerado a las situaciones sociales, con pánico a que los demás puedan juzgarnos por lo que hacemos, decimos, nuestra apariencia o incluso por si se notan los síntomas de la ansiedad… Es bastante común que si una persona experimenta ansiedad social, tienda a evitar ir a ciertos sitios que hay bastantes personas, a relacionarse con gente desconocida, a ser el centro de atención, etc.

Siempre he tenido este miedo, pero ha llegado el punto en el que me está limitando en mi día a día”. A pesar de que a todos nos dan miedo ciertas cosas, hay veces que ese miedo se vuelve desproporcionado para la amenaza real que supone el objeto de fobia. Llegados a este punto, es común que la fobia limite la vida cotidiana, como tomar decisiones libremente, hacer planes, decidir el camino a tomar para ir a un sitio, estar alerta por si está presente… Algunas de las fobias más comunes son: a conducir, a los perros, las agujas, los espacios cerrados, las alturas, etc.

El trastorno de pánico se caracteriza por la aparición súbita y durante un periodo breve de tiempo de los síntomas fisiológicos de la ansiedad, con una intensidad desbordante, sin un motivo aparente. Cuando le ocurre esto a una persona, suele pensar que le está dando un infarto, que se le va a parar el corazón o que se va a desmayar.

El trastorno de agorafobia se presenta como el miedo a los lugares o situaciones en los que pueda ser difícil escapar o recibir ayuda si se diera un ataque de pánico. Suele ir unido con el trastorno de pánico, aunque no necesariamente en todos los casos

Se trata de un tipo de ansiedad que se dispara por estar constantemente preocupados por el estado de salud. Esta preocupación suele traer consigo un repertorio de conductas para comprobar que realmente están sanos: exploraciones físicas, búsqueda de información sobre síntomas y enfermedades, chequeos y citas médicas frecuentes, preguntar a las personas cercanas si han notado algún cambio en su físico… Es un bucle en el que, con el paso del tiempo, la persona se siente atrapada y siente que este problema controla su vida.

Este problema se basa en las obsesiones, que son pensamientos intrusivos que se repiten constantemente y que causan malestar en la persona, junto con compulsiones, que son las conductas que se hacen a modo de “ritual” para aliviar la ansiedad que provocan las obsesiones. Estos síntomas son tan intensos que generan un gran sufrimiento e incapacitan a las personas para hacer una vida “normal”.

 

¿Cómo puede ayudar la psicoterapia?

Si has llegado al punto en el que tus miedos y preocupaciones controlan tu vida, puede ser el momento adecuado para trabajar en ello. La psicoterapia te ayudará a entender a tu ansiedad, resolver el problema del que te está avisando y a manejarla.

La ansiedad es una mensajera que te está queriendo decir algo, y te recomiendo escucharla. La psicoterapia sirve para justo esto.

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